domingo, 5 de febrero de 2017

Cómo ser mejor madre

Hace tiempo escribí acerca de mi padre. Todo lo comparto con vosotros. Pero mi padre no sería el que es, ni yo el que soy, ni mis hermanos, si no estuviese mi madre. 
Hay mucho escrito sobre las madres. Desde un punto de vista científico, biológico, etc. Hay muchísimas frases bonitas por las redes sociales, que nos recuerdan lo increíblemente alucinantes que son las madres. ¿Podrán nuestros hijos hablar de vosotras como la mejor madre del mundo? Si vuestros hijos están ahora en plena adolescencia o pubertad, lo más seguro es que no lo hagan, igual que no lo hacía yo en ese momento. Cuando maduren ¿lo harán? Cuando vuestros hijos crezcan ¿podrán agradeceros la madre tan increíblemente alucinantes tienen y han tenido? Te reto a que lo consigas.
Mi madre siempre ha sabido estar a la altura de cualquier circunstancia. Todo el mundo se siente muy tranquilo cuando habla con ella. Transmite confianza. No sacó matrículas de honor, ni habla tres idiomas, pero siempre sabe qué decir. 
Madre de 5 hijos, ha sabido siempre qué hacer en cada situación. Todos íbamos, y a veces seguimos yendo, a preguntarle qué hacer o cómo hacer en cualquier situación. Tiene una solución para todo.  
Cuando iba a la universidad, todas las mañanas, salvo que estuviera mala, se levantaba conmigo fuera la hora que fuera, a hacerme compañía para desayunar. Algo que puede parecer muy sencillo, y hasta una tontería (alguno puede que no le encuentre utilidad), pero requiere un esfuerzo muy grande. ¿Beneficios? No os imagináis lo alucinante que es saber que tu madre está contigo desde primera hora de la mañana. 
Hablar, hablar y hablar. Hablaba conmigo siempre que yo quisiera. Aunque estuviese cocinando, planchando, o viendo la tele, no recuerdo un “ahora no puedo”, o “déjame tranquila”… Hiciera lo que estuviera haciendo, siempre tenía atención para cualquiera de nosotros. Ahora seguimos hablando casi todos los días. Y, aunque hace mucho tiempo que no podemos por razones obvias, aprovechamos cualquier oportunidad para ir a desayunar y hablar. Me considero un auténtico privilegiado por ello. 

Podría escribir cientos de páginas con todo lo que hicieron y hacen mi madre y mi padre por mí. Pasando por muchas épocas, buenas y malas, siempre he visto cómo, a pesar de todo, mis padres se han querido y nos han querido. Aunque alguna vez les haya visto discutir, les he visto muchas más veces dados de la mano, diciéndose cosas bonitas (sin cursilerías), y saliendo siempre juntos de cualquier situación. Ojalá mis hijos puedan escribir algún día estas cosas sobre sus padres. El listón está muy alto, pero no dejo de esforzarme. ¿Y tú? 

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