El motivo por el que me he decidido a
escribir es el hecho de querer ayudar a quien quiera, a quien se deje, y a
quien lo necesite. Soy de los que piensa, que muchas de las cosas que pasan,
muchos de los errores que cometemos, consciente o inconscientemente (esto
último es más común, evidentemente) es por no saber qué hacer. Creo que hay
mucha gente que nadie le ha contado nunca qué es lo que hay que hacer. Si de
pequeño no nos han dicho que se come con cuchillo y tenedor y no nos hubieran
enseñado a utilizarlos pues ahora estaríamos comiendo con la mano, por ejemplo.
Pues de la misma manera creo, que muchos de
nosotros a veces cometemos errores con nuestros hijos porque nadie nos ha
advertido antes de las consecuencias de ciertos hábitos, o ciertas acciones
nuestras con ellos. Esos hábitos, pueden llevar a nuestro hijo a “improvisar” y
sin quererlo nos estamos arriesgando a que vaya por el camino equivocado. Con
lo fácil que es decirles: “No, por ahí no vayas, que está lleno de hortigas. Mejor
por aquí, que por lo menos no te picarán”.
Esto significa que no tienen la base para
saber diferenciar lo bueno de lo malo, y no me refiero a comer cuchillo y
tenedor, si no a moldearles, a esculpir en su personalidad e ir eliminando todo
aquello que no deja ver lo increíbles que pueden llegar a ser. Luego ellos
podrán hacer con lo que les hemos enseñado cosas increíbles…
Pero insisto, para eso es necesario esculpir y moldear, como si de un bloque de piedra se tratara, hay que quitar lo que sobra, para que al final quede sólo una escultura preciosa, fruto de una labor de paciencia, de cariño y de mucho tiempo y esfuerzo. Vamos a intentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario