En una
temporada de mi vida, estuve trabajando de cara al público, con lo que he
podido ver a todo tipo de personas, de varios estilos, llegando cada día a la
misma conclusión, y es que cada uno es de su padre y de su madre.
En el
caso de las familias, también se pueden ver todo tipo de variedades y estilos,
incluso en la forma de vestir. Ahora bien, no perdamos el norte, por favor. Me
explico.
Yo creo
que todos nos tiramos de los pelos cuando vemos las fotos en las que aparecemos
de pequeños y nos preguntamos qué es lo que le hice yo a mi madre ese día para
ponerme el jersey del poni o del cerdito… Eran otras épocas.
Hasta aquí, todos
de acuerdo. Pero los 8 grados de temperatura de ahora son los mismos que los de
hace 30 años, y ahora que somos adultos nos abrigamos. Y digo yo, si nos
abrigamos nosotros con una buena chaqueta y pantalón vaquero, ¿por qué llevamos
a nuestros hijos un 10 de febrero (por ejemplo) con 8 grados de temperatura o menos,
con pantalón corto? “Es que van muy guapos” dicen algunos, “es que van más
cómodos” dicen otros. ¿y por qué no vas tú en bañador o bikini?
Hay un
dicho que dice “si la madre tiene frío, el niño tiene frío”. Os aseguro que una
parte de las discusiones que tengo con mi mujer es por esto, por salir de casa
con el abrigo puesto o sin él, sobre todo en la época de entretiempo primavera
y otoño. Pero de ahí a llevar a tu hijo en pantalón corto y a tu hija con falda
cuando los papás llevan el plumas o el chaquetón, es algo que todavía no logro
entender.
Pensemos
con la cabeza: si hace 8 grados de temperatura, tu hijo tiene frío; si los
zapatos son nuevos, les harán rozadura y les dolerá igual que a nosotros, ¿no?
¿por qué le llevas al cole entonces con los mismos zapatos que ayer le hicieron
una rozadura?
En fin,
seamos coherentes y apliquemos el sentido común con nuestros hijos, al igual
que lo aplicaríamos con nosotros.
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