He leído esta mañana un artículo sobre un
directivo cuyo éxito se ha basado en la creación de una página web, la cual
está ayudando a muchísimas personas con una causa con necesidad de apoyo,
aunque sea de gente desconocida. Esta persona contaba en la entrevista que de
pequeño se metían con él en el cole, metiéndose con su orientación sexual, etc.
Cambió muchas veces de colegio por el trabajo de su padre y eso dificultó las
cosas.
Cuando terminas de leer el artículo, te queda
la sensación de un ejemplo de lucha, de vencer momentos difíciles y además
sacar partido de ello, y todo ello “gracias” a que sufrió acoso escolar. Hay
que reconocer la dura victoria de esta persona y agradecerle, junto con todas
las personas que ayuda cada día a través de su página, su labor y dedicación.
Pero de ahí a decir que el acoso escolar tiene beneficios, hay un abismo.
Hay gente que se toma un café para
despertarse y hay gente que se lo toma para dormir. Hay gente que se sienta a
tu lado que tiene frío y tú estás en manga corta. Hay gente que cuando está
nerviosa come y otras personas adelgazan. Hay gente que ve películas que les
afecta para toda la vida y otras ni se inmutan. Lo que quiero decir es que no
hay un patrón, no hay una medida exacta, y no somos todos iguales. Por lo
tanto, hay niños cuyos compañeros de clase se meten con él y puede que no les
afecte, se lo tomen a broma y saquen incluso una personalidad reforzada. Sin
embargo, puede haber otros niños, cuyos compañeros de clase se metan con él de
la misma manera que con el primero, y debido a su forma de ser, no sólo no
salgan reforzados, sino que además les afecte, les hunda, y les impida tener
una infancia tranquila, divertida, disfrutar de su pubertad y vivir una
adolescencia que por sí misma es difícil. Esto desembocará en un adulto con
problemas de sociabilidad, etc. Por lo tanto, puede que tengas la suerte de
poder decir que se metían contigo de pequeño y eso te haya hecho fuerte, pero
puede que esa suerte no la tengan otros.
Te invito a que hagas una prueba. Busca en
las redes sociales a tu compañero de clase con el que se metía todo el mundo.
Si no lo encuentras, posiblemente no supo superar esa época con el mismo éxito
que tú.
Conclusión, como cada persona somos un mundo,
y cada niño y niña también lo es, vamos a estar muy atentos. No permitamos
ningún tipo de acoso. Ninguno. Porque no a todos nos gustan las mismas bromas,
¿verdad?