Quiero compartir con vosotros la aportación de un amigo experto y con mucha experiencia.
A ver si atino a dar una aportación
útil. En general coincido con tu comentario y sólo expondré algunas
experiencias complementarias.
No cabe duda de que el móvil es un
instrumento sensacional que facilita mucho la vida profesional, familiar y las
relaciones sociales y de amistad. Pero al mismo tiempo, todos percibimos
que también es fácil que nos haga perder el tiempo, incomunicarlos con los que
tenemos a nuestro lado, dispersarnos en multitud de temas que "nos
entran", chatear de modo frívolo (e incluso grosero). También conocemos lo
fácil que es meterse (con 5 toques) en páginas que, espiritualmente, nos harían
un daño grave a nosotros y a nuestra familia. Por lo tanto, opino que el móvil
es estupendo, para niños y adultos, si se tiene bien formado el criterio y la
fuerza de voluntad necesaria para hacer un uso adecuado de él.
Y ¿cuál es la edad a la que se tiene
formado el criterio y una fuerza de voluntad suficiente? Esa es la cuestión -
que diría Descartes -. Hay personas que nunca llegan a esa edad, pues no es
solo cosa de la edad. Pero está claro que un niño tiene más dificultades de
criterio y de fuerza en la voluntad.
Comento algunas peculiaridades que el
móvil puede tener con un niño o joven:
1. Iniciar sus relaciones con amigos de
modo indirecto (a través del móvil) y no directamente (cara a cara); creo que
esto es muy importante especialmente en el inicio de esas relaciones.
2. El móvil puede distorsionar la esencia
de la amistad: se confunden "contactos" con "amigos"
3. Se puede crear, demasiado pronto, una
privacidad en las relaciones, fuera del conocimiento de sus padres; de este
modo se impide el tan necesario consejo de los padres sobre esas relaciones.
4. El móvil también sitúa al niño en un rol
de adulto: "ejecutivos de 12 años" Yo creo que un niño debe de pasar
por todas las fases de su desarrollo, sin saltarse ni anticipar ninguna fase. Menos
chatear y más jugar como siempre.
5. Para el estudio, de hecho, el móvil
produce mucha dispersión: si lo tiene junto a él está pendiente de las
"entradas" que hay; y si se le retira puede ocasionar enfados y roces
con los padres o cuidadores.
6. ¿Existe la posibilidad de móviles
básicos de comunicación con números determinados? Creo que sí, pero solo la
utilizaría en los días o circunstancias en las que es necesaria esa
comunicación continua y directa.
7. El niño tiene una gran curiosidad y el
móvil le permite satisfacerla sin control y prácticamente sin ningún filtro que
la vaya adecuando a su capacidad. El daño que este tema le puede hacer es muy
grande y dejar secuelas durante mucho tiempo.
En la mayoría de los colegios no
permiten el uso del móvil en los niños. En mi colegio no se permite a ningún
alumno (aunque se hace algo la vista gorda con los de Bachillerato).
En las familias no se pueden dar reglas fijas desde el exterior de ellas.
Yo, en general, aconsejaría lo siguiente:
1. No se tiene móvil hasta iniciar 1º de
Bachillerato. Habría que saber transmitir al hijo que eso lo hacemos porque es
lo mejor para él, que no le importe ser, en eso, distinto de la mayoría, que
tenga personalidad y que se fíe de vosotros.
2. En el verano anterior a 1º de
Bachillerato, comprarle un móvil y darle un cursillo completo de su
utilización, de sus ventajas y de sus peligros y adicción.
3. En el comienzo del curso, sabría manejar
el móvil como sus compañeros, pero con más capacidad de usarlo adecuadamente.